Nos preguntan ¿quiénes somos? ¿qué queremos? y la policía representativa se nos mete en el cuerpo intimidado. «¡No queremos que el Estado legisle sobre nuestros deseos!», gritamos como animales. Somos artistas de nuestros deseos.

Las palabras nos hacen, nos deshacen y nos rehacen. Descubren. Hacen existir otra cosa que antes no estaba. Nuestro lenguaje no explica el mundo, hace mundos. Las palabras son fuerzas materiales: organizan nuestros modos de vida y nuestras prácticas. Mezclamos nuestras palabras y nuestras prácticas con otras, producimos desplazamientos, verdades materiales, gestos, afectos. Somos animales poéticos.

No tenemos poder, lo ejercemos. Hay estrategias, operaciones, que hacemos encuentro tras encuentro mientras creamos nuestras historias, nuestras ficciones. Componemos nuestras vidas con palabras, acciones y gestos Creamos espacios y tiempos de subjetivación. Somos retículas de poder.

La afectividad es nuestro terreno. Pero desvariamos el mapa, lo recorremos a tontas y a locas; oímos otras señales; vemos otros sonidos; transversalizamos todos los cuerpos, todas las prácticas. Queremos lo que no se ve, ni se escucha, ni se oye, ni se toca aún.

Hacemos un laboratorio de lo que nos gobierna. Estudiamos sus operaciones, sus apropiaciones, sus extractivismos a nuestra capacidad de estar en el tiempo. Sabemos invertir nuestra energía en el tiempo incierto, gratuito, precario. Queremos defender nuestro tiempo como los antiguos obreros defendían su fuerza de trabajo.

Hemos abierto un espacio común de posibilidades, de cooperación, de complicidad. Nos implicamos en una comunidad sensible, no definida por una identidad igual, sino por una subjetividad compartida, desdoblada como un baile de disfraces. Es un baile amorfo, anfibio, el nuestro: no sucumbimos ante ningún paso militar, ni valsesito careta. Queremos caotizarnos.
Pensamos y nos movemos inventándonos nuevos mundos posibles, configurando y reconfigurando lo que hay, expandiendo potencias que ya existen, pensándolas y repensándolas. Nuestro paradigma es el de habitar, atender a las prácticas y sus reverberancias porque entendemos que nuestro modo de empoderarnos es el ejercer y no el tener.

Somos manada, somos cardumen. Nos definen nuestros cuerpos resistiendo y creando desde lo colectivo, lo compartido , lo intercambiado. Estamos atentos, despiertos para mirar y mirarnos, entender situaciones ¡las nuestras!, pensarlas con otra sensibilidad, abriendo camino a la empatía. Detectamos el potencial del mundo que habitamos, sus puntos de energías, fuerzas, intensidades que ya están ahí y hacemos de eso arte, trabajo y fiesta.

Frente a las fuerzas que constantemente nos afectan, desplegamos ahí una investigación para volverlas ideas expresivas. Lo que no se ve, lo invisible, es lo que nos habilita pensar con brío el enorme potencial de las situaciones que nos rodean, para rasgarlas, desarmarlas , volverlas plásticas y que se muevan con nosotros. Desplazamiento, desvío y fuga de lo establecido y anquilosado.

Para nosotros, manada poética, un límite, una inquietud, una pregunta, una intensidad, un dolor, un sufrimiento son portales a un hacer con lo que nos pasa. Queremos «saber hacer con lo que nos hace», organizarlo en acciones y transformarlo en una posibilidad de liberación.

Recorremos una geografía de lo sensible, porque ahí se actualizan nuestros cuerpos, fuerzas, afecciones, ideas; donde laten las potencias capaces de modificar el estado de cosas. El encuentro como lupa sobre las capacidades subjetivas.
Frente a la licuación y banalización de las categorías antropológicas, políticas, estéticas y poéticas que presenta el Macrismo nosotros tomamos posición: Estamos en otra vereda que el Macrismo, porque entendemos que es la expresión argentina y cabal del neoliberalismo.

Luchamos contra el macrismo, pero sobre todo estamos en lucha contra lo que de macristas tenemos cada uno de nosotros. Tenemos que reinventarnos porque nos reconocemos constituidos por el neoliberalismo.

Nos enfrentamos a la maquinaria comunicacional esquizofrénica, hiperconectiva, desmembradora y banal que es el estado Macrista sin nostalgia por el pasado: Inventamos futuro en la incertidumbre.

Reconocemos que esa maquinaria comunicacional es su mayor fuerza, que su potencia está en el trabajo de las almas: En los microfacismos, en el sentido común, en el desinterés por la verdad, en el desdén por la historia y sus rugosidades. Sabemos que debilita los cuerpos, resquebraja los lazos, imposibilita los encuentros y adelgaza los imaginarios.

Denunciamos y reconocemos la historicidad del proyecto neoliberal en Argentina, continuidades subyacentes, torcimientos y resistencias. Distinguimos el proceso global y local. Identificamos complicidades voluntarias e involuntarias. Nos esforzamos en mirar con una perspectiva histórica el presente y señalamos los mismos actores en la escena desde hace 45, 200 años.

Inventamos nuestra antropología: estamos zôon poietikón, animales poéticos.

No aceptamos la agenda que nos imponen. No tenemos ninguna propuesta para sumar a la picadora de ideas.

No somos policías. Ni queremos más policías. Vemos con ojos alucinados la catástrofe, aún no nos caímos, pero nos obligamos a empatizar con los que ya no pueden bailar en el titanic. Queremos sentir más.

No queremos ser emprendedores, ni queremos ser creativos. Nuestros cuerpos no son emergentes. Estamos enfermos y estamos atemorizados.

Pero construimos lazos, fortalecemos los encuentros inútiles, inventamos otras geografías sociales, estamos enamorándonos. Y no banalizamos el amor.
Están ahí.
Lo sabemos.
Sentimos su entusiasmo y compartimos su cansancio.
¡Hay tantas cosas para hacer!
Lo sabemos.
Desde hace meses estamos preparando esta cita para que hablemos de eso: de la multiplicidad de haceres que componen nuestra época, de su peso y densidad.

Deseamos comunicamos con quiénes podemos componer en común:
• Colectivos sociales
• Organizaciones políticas
• Estudiantes organizados
• Activistas culturales
• Personas que hacen, piensan y hablan sobre lo pensado.

Necesitamos, también, que los periodistas comprendan la complejidad de esta construcción colectiva y respeten la cualidad de nuestra voz colectiva y anónima.

No hablamos con «los medios».
Escuchamos preguntas de las personas que allí trabajan, las pensamos en colectivo y las respondemos imaginando quién las leerá.

No tenemos «voceros».
Hablamos un plural singular construido en el tiempo y en el hacer compartido.
Nuestra voz es anónima. Es una decisión, en situación. Nuestro vínculo con la prensa comercial es problemático. No existe la prensa, en sus términos, para nosotros. No hay medios, ni vocero, ni periodistas que nos representen.

No somos objetos; más bien, nos implicamos unos a otros.
Hablamos de colectivo a colectivo; de formas de hacer a formar de hacer en común.
En ese implicarse, hay un «cronicar». Hacer crónica del agite de encontrarse. Esa sería nuestra hipótesis de investigación periodística, académica, militante, artística. «Una investigación delirante», dicen los compañeros del colectivo Juguetes Perdidos.

No buscamos «ser noticia».
Necesitamos comunicarnos con otras personas para hacerles llegar una interpelación: juntémonos acá.

Creemos que que se aprende a cuidar lo construido en común, si partimos de reconocer que transitamos una época extractiva de todo lo vital. Extracción de la creatividad social. Y esa relación extractivista del capitalismo actual es muy extensa: no sólo se dá entre los automatismos de producción y los trabajadores, sino que se dan tensiones peligrosas entre intelectuales y organizaciones sociales; académicos y activismos; curadores-críticos-programadores-periodistas-productores culturales y artistas; políticos-militantes-funcionarios y colectivos; que, también, hay que problematizar.

Agradecemos muchísimo, entonces, a todas las personas que nos ayudan a desparramar esta invitación-interpelación por aulas, salas, calles, paredes, diarios, revistas, radios, pantallas, muros, tuiters, wasaps y más.

Periodistas, profesionales de la prensa, cronistas, fotógrafos, documentalistas, comunicadores, quedan invitados a participar e implicarse en los días del congreso transversal.
Atravesamos zonas oscuras de la política y de la producción cultural.

Asistimos con desconcierto a una vida política representativa dominada por la gestión empresarial, el gobierno de los CEOS, la voz banalizante de los medios de comunicación con su ruido blanco de imágenes multiplicantes que atizan las desobediencias, estilizan o reprimen las disidencias, victimizan y criminalizan las vidas precarias.

Estamos atravesados por una narrativa cultural que hace del cinismo de la ilusión y de la ignorancia «sincera» de la gestión, una supuesta virtud política. Entonces nos invitan a aportar ideas, nos hablan el dialecto del marketing y, con lógica turística, nos estimulan a ser creativos y productivos jefes-diseñadores de nosotros mismos bajo el imperio liberal.

Vemos como el discurso del orden y la gestión de la inseguridad se blanden como formas de gobierno que horadan el tejido de la vida en común.

Sentimos el peligro. Nos une el amor y el espanto. Desde este estado de situación, nos urge la necesidad de generar nuevas prácticas experimentales, de interferir la realidad normalizada y el tiempo de lo dado, para crear y hacer ver otras cosas, otros órdenes posibles.

Desde este estado de alerta, trazamos algunas líneas probables. En medio esta incertidumbre, que paradójicamente parece aportar claridad al pensamiento y a la acción, les proponemos que:

1• Hagamos de nuestra debilidad, potencia. Desde el sufrimiento, desde nuestra cotidianeidad amenazada y precarizada, desde lo que nos atraviesa, pongamos en crisis las referencias dadas y produzcamos pensamiento abierto, accionemos, generemos otros lenguajes, dotemos de nuevo sentido nuestras prácticas, expresemos bajo las formas mas diversas; constituyámonos como fuerza creativa y tramemos otros posibles.

2• Elaboremos nuevos montajes, imaginemos nuevas filiaciones, forjemos nuevas identificaciones cambiantes, en tránsito, a partir de nuestros espacios específicos compartidos. Generemos resonancias, implicancias y rebotes en las maneras de percibir el mundo, nuestro mundo, el de nuestras prácticas cotidianas. Perforemos esos espacios inventando comunidades de sentimiento y tejamos redes más amplias en un gesto de insubordinación paciente: esa es nuestra arma política.

3• Propaguemos el contagio interviniendo/interfiriendo sobre el mundo y mutando, así, sus contornos. Tejamos nuevos mapas de referencias compartidos a partir de lo que nos afecta. Seamos la basurita en el ojo del orden.

4• Desidentifiquémonos en el flujo del ir escuchando-haciendo- diciendo, en diálogo empático.

5• Habitemos la experiencia del tiempo presente, de la duración en la co-presencia; restituyamos para nosotros el tiempo robado y cedido a la maquinaria mercantil.

6• Seamos haciendo, en prácticas de cooperación y complicidad que reconfiguren nuestra propia subjetividad.

7• Inventemos formas de resistencia haciéndonos presentes, siendo cuerpos visibles desobedientes.

8• Seamos una voz potente, visceral; gritemos, desafiemos a quienes practican como respuesta el silencio.

9• Rehabilitemos los afectos y las pasiones, frente a la ansiedad, el miedo y el tiempo del dinero.

10• Recuperemos la sensibilidad del cuerpo: maraña de pulsiones, afectos, superficie porosa de intercambios, topos de la experiencia del mundo.

11• Hagamos un voto a favor de una lógica indeterminada, germinativa y abierta. Desafiemos las categorías, los carteles identificatorios y poblemos el «entre», ese estado indefinido y borroso, ese intervalo entre devenires que es, siempre, una promesa política porque contiene en sí la posibilidad del disenso. No demos nada por sentado para que cualquier cosa pueda suceder. Conjuremos toda tentación calificatoria, certificatoria, clasificatoria. Tomemos también el «entre» como una invitación: adentrémonos en el espacio/cosa/sentimiento/sujeto-otro. Y procuremos colaboración y participación «entre» todos aquellos con quienes compartimos una sensibilidad.

12• Eduquemos una disponibilidad y una apertura para indagar también sobre los lazos identificatorios que nos unen a las imágenes del mundo que el capital produce.

13• Descolonicemos nuestra subjetividad del mantra de la competencia, la productividad, la autorrealización y el éxito personal.

14• Que nuestros afectos, nuestros deseos, nuestro tiempo no sean capturados por las promesas capitalistas.

15• Defendamos lo común.

Sin amor y complicidad es imposible tolerar este mal tiempo.
Rechazamos todas las políticas, explícitas y encubiertas, de ofuscamiento patriarcal.

Retomamos, en un gesto de complicidad y afecto, las palabras que las compañeras de diferentes movimientos feministas han ido manifestando en los últimos años (de las artistas autoconvocadas en el Manifiesto Nosotras Proponemos, los Encuentros Nacionales de Mujeres, el movimiento trans argentino, las cientos de organizaciones que impulsaron y sostienen el movimiento social Ni Una Menos, entre muchas más).

Nos rehusamos a caer en cualquier lógica biologicista, reduccionista y de estigmatización, nosotras, las trabajadoras, las artistas, las más pobres, las indígenas, las migrantes, las viejas, las más jóvenes, las adolescentes, las negras, las refugiadas, las travas, las estudiantes, las detenidas, las presas políticas, las criminalizadas,las lesbianas, las trans, las víctimas de trata y explotación sexual, las madres y las que no queremos ser madres, las mujeres con diversidad funcional y capacidades diferentes, las amas de casa, las empleadas domésticas, las cuidadoras, las trabajadoras sexuales, las jubiladas, las pensionadas, las docentes, las pibas, las enfermeras, las médicas, las trabajadoras del Estado, las de la economía popular, las luchadoras populares, las sindicalistas, las desocupadas, las precarizadas, las taxistas, las plomeras y un largo etc de mujeres diversas. PARAMOS.

En relación con la estructura del mundo del arte

1• EXIGIMOS la representación igualitaria dentro del mundo del arte; la desarticulación de formas desiguales de distribución de los recursos de financiación e ingresos (entre géneros, entre los “centros” y “periferias” y sectores sociales).

2• EXIGIMOS la equidad representativa en los cargos directivos de las instituciones artísticas, educativas y culturales que manejan, deciden y generan políticas. No queremos solamente ser las “secretarias”, “administradoras”, “encargadas de prensa” mientras los varones se ubican en las tareas creativas y de liderazgo.

3• Somos conscientes de que las conductas patriarcales exceden a los varones heterosexuales: las mujeres, lesbianas, transexuales, homosexuales y todas podemos ser extremadamente patriarcales cuando ejercemos el autoritarismo y el maltrato. Por esto proponemos fortalecer nuestra alianza con locas, trans, travestis y queers poniendo a disposición herramientas éticas y conceptuales para desarticular todo tipo de misoginia. Hagamos visible cuando nuestros colegas varones guían sus prácticas desde conductas y perspectivas feministas.

4• Luchemos por subvertir las estadísticas discriminatorias y excluyentes que dominan en el mundo del arte, promoviendo la investigación y visibilidad a formas de creación de artistas mujeres y otros cuerpos feminizados en relación con cuestiones de raza, clase social, edad, geografía, orientación sexual, identidad de género.

Sabemos que la misoginia está en el inconsciente colectivo y tenemos que desarmarlo dentro de nosotras mismas. Por eso:

5• Rechazamos la trampa del supuesto “mal carácter”. Las instituciones y las figuras de poder quieren convencernos de que pedir lo justo, poner límites, pelear por la dignidad de tu trabajo, te vuelve una desubicada, “loca”, “histérica” o “problemática”, estigmatizaciones habituales para con las mujeres.

6• Cada vez que estemos por criticar, en voz alta o no, a otra mujer, detengámonos a analizar si no estamos ejerciendo un odio aprendido. La misoginia está en el inconsciente colectivo y tenemos que desarmarlo dentro de nosotras mismas. Ante la duda, comparemos: ¿qué pasaría si esto lo estuviera haciendo un hombre?

7• Cultivemos relaciones de trabajo respetuosas e igualitarias con los varones de nuestro medio sin dar lugar a los micromachismos, procuremos habituarnos a promocionar las carreras de nuestras compañeras mujeres, acompañarnos y alentarnos en nuestros proyectos grupales y personales.
Si una mujer nos ayuda a fortalecer nuestra confianza, tomémoslo, repliquémoslo y agradezcamoslo.

8• Evitemos que nos desautoricen desde conductas de superioridad paternalistas, invitemos a la revisión del lenguaje que utilizamos en el trabajo grupal. No dejemos que nuestros colegas varones nos expliquen o corrijan asumiendo que nuestros conocimientos o saberes sobre cualquier materia son escasos.

9• No nos intimida el volumen, la gravedad de la voz o la altura de nuestros interlocutores varones. Gritar más fuerte no equivale a tener razón.

10• No sintamos ni dejemos que nos hagan sentir pudor por los temas que nos interesan y nos involucran, la vergüenza es una de las estrategias patriarcales que acallan nuestra posibilidad de investigarlos.

11• Expresemos frontalmente, en cada oportunidad que se nos presente y a quienes las empleen, el uso de estas estrategias de poder y nuestro desacuerdo.

12• Lo personal es político. Contra el corporativismo machista, fomentemos la amistad, solidaridad y sororidad entre mujeres.

Participación femenina en el Complejo Teatral de Buenos Aires (2017)

20% son las obras cuya dirección estuvo solo en manos de mujeres. Todas en el Teatro Regio.
94% de la dramaturgia estuvo en pluma de varones. Solo un texto fue escrito por una mujer.
81% la única área donde las mujeres superan en cantidad a los varones es la de vestuario.
64% de las contrataciones fueron a varones. Solo el 36% a mujeres.

• Proponemos una LEY DE REPRESENTACIÓN que garantice la diversidad en el teatro oficial a través de una cuota programación y contrataciones artísticas; y con ella recuperar y poner en escena los relatos de las mujeres y géneros no binarios hoy relegados.

• En las instituciones oficiales existe una brecha laboral: se contrata casi un 30% menos a las mujeres.

• Necesitamos poner en escena las historias invisibilizadas y garantizar equidad de oportunidades discursivas, expresivas y laborales en la ciudad.

• El circuito oficial debe garantizar la representación de la diversidad que nos conforma y no reproducir androcentrismo.

En relación con la carrera artística y la creatividad

13• Busquemos crear tanto como podamos. Que no nos asuste la ambición. Crear más es una forma de trabajar por la igualdad de género.

14• Permanezcamos atentas al saqueo y ninguneo de nuestras propias ideas y prácticas artísticas cuando pasan desapercibidas en nuestras manos y cobran notoriedad en las de artistas a los que las instituciones clasifican como varones.

15• Cuestionemos con claridad el concepto establecido de “carrera artística”, pautado por la dedicación excluyente a la realización de la obra con fines comerciales. Como mujeres sabemos que la continuidad de nuestra obra está condicionada por la maternidad y las tareas de cuidado de los entornos familiares y afectivos que se nos imponen. Hagamos del suspenso y el retorno al hacer artístico un valor específico y relevante en nuestras prácticas.

Sobre el feminismo artístico y la historia del arte feminista

16• No evitemos identificarnos como “artistas feministas” cuando en nuestras prácticas confluyen arte, política y activismo feminista. Sintamos el orgullo de denominar o que denominen a nuestras obras como feministas cuando en ellas cuestionamos el sistema hetero-patriarcal dominante.

17• Revisemos y cuestionemos las imágenes estereotipadas de “la mujer” construidas por los discursos patriarcales. Construyamos nuestras propias categorías.

18• Investiguemos la obra de las artistas y de las investigadoras y teóricas mujeres, conectémonos con sus legados, revisemos el poder que en nosotras ejercen las genealogías patriarcales y valoricemos los saberes de las mujeres.

19• Revisemos nuestros propios sistemas de citas y de principios de autoridad para analizar críticamente la internalización del pensamiento patriarcal en nuestras prácticas. Exijamos la inclusión de bibliografía de autoras mujeres (tanto de historia como de teoría), generalmente ausentes en los programas académicos.

20• Nunca nombremos a las artistas mujeres como las mujeres de artistas varones, vinculándolas a genealogías masculinas. Dejar de decir: “la mujer de”.

21• Demos visibilidad a los sistemas de poder que menosprecian la obra de artistas mujeres y descartan su legitimidad cuando asocian a favores sexuales el reconocimiento de su trabajo.

22• Acudamos a los encuentros nacionales de mujeres de cada año, propongamos sesiones sobre arte y feminismo, llevemos la voz y comparemos lo que sucede en relación con otros ámbitos de la creación y el conocimiento.

23• Analicemos y aprendamos del carácter históricamente colectivo, participativo, colaborativo y solidario del feminismo y de su relación con otras expresiones culturales sojuzgadas, descalificadas u oprimidas.

24• Promovamos modos de percepción basados en un pensamiento inclusivo, en los afectos y la equidad, contrapuestos a la ética de la exclusión y el individualismo, valores patriarcales que dominan en la sociedad y en el mundo del arte.

Sobre el carácter inclusivo de esta propuesta

25• Comprendamos y hagamos comprender a nuestros colegas varones que no es necesario haber sido clasificada como mujer para suscribir este compromiso feminista en el mundo del arte. Los principios de equidad y de respeto pueden ser aplicados, predicados y respetados por todas.

26• Consideremos que el compromiso feminista parte de la experiencia y la conciencia generales acerca de la discriminación y de la opresión (de las mujeres y de otras sujetas sociales desjerarquizadas por razones de clase, de raza, identidad de género u orientación sexual): el feminismo es un momento dialéctico emancipador para todas.

27• No seamos cómplices de ninguna forma de violencia machista, desde la más visible hasta la más sutil y poco perceptible. Busquemos soluciones no punitivas pero efectivas: nosotras podemos protegernos y proteger nuestros espacios.

Estemos para nosotras.