Rechazamos todas las políticas, explícitas y encubiertas, de ofuscamiento patriarcal.
Retomamos, en un gesto de complicidad y afecto, las palabras que las compañeras de diferentes movimientos feministas han ido manifestando en los últimos años (de las artistas autoconvocadas en el Manifiesto Nosotras Proponemos, los Encuentros Nacionales de Mujeres, el movimiento trans argentino, las cientos de organizaciones que impulsaron y sostienen el movimiento social Ni Una Menos, entre muchas más).
Nos rehusamos a caer en cualquier lógica biologicista, reduccionista y de estigmatización, nosotras, las trabajadoras, las artistas, las más pobres, las indígenas, las migrantes, las viejas, las más jóvenes, las adolescentes, las negras, las refugiadas, las travas, las estudiantes, las detenidas, las presas políticas, las criminalizadas,las lesbianas, las trans, las víctimas de trata y explotación sexual, las madres y las que no queremos ser madres, las mujeres con diversidad funcional y capacidades diferentes, las amas de casa, las empleadas domésticas, las cuidadoras, las trabajadoras sexuales, las jubiladas, las pensionadas, las docentes, las pibas, las enfermeras, las médicas, las trabajadoras del Estado, las de la economía popular, las luchadoras populares, las sindicalistas, las desocupadas, las precarizadas, las taxistas, las plomeras y un largo etc de mujeres diversas. PARAMOS.
En relación con la estructura del mundo del arte
1• EXIGIMOS la representación igualitaria dentro del mundo del arte; la desarticulación de formas desiguales de distribución de los recursos de financiación e ingresos (entre géneros, entre los “centros” y “periferias” y sectores sociales).
2• EXIGIMOS la equidad representativa en los cargos directivos de las instituciones artísticas, educativas y culturales que manejan, deciden y generan políticas. No queremos solamente ser las “secretarias”, “administradoras”, “encargadas de prensa” mientras los varones se ubican en las tareas creativas y de liderazgo.
3• Somos conscientes de que las conductas patriarcales exceden a los varones heterosexuales: las mujeres, lesbianas, transexuales, homosexuales y todas podemos ser extremadamente patriarcales cuando ejercemos el autoritarismo y el maltrato. Por esto proponemos fortalecer nuestra alianza con locas, trans, travestis y queers poniendo a disposición herramientas éticas y conceptuales para desarticular todo tipo de misoginia. Hagamos visible cuando nuestros colegas varones guían sus prácticas desde conductas y perspectivas feministas.
4• Luchemos por subvertir las estadísticas discriminatorias y excluyentes que dominan en el mundo del arte, promoviendo la investigación y visibilidad a formas de creación de artistas mujeres y otros cuerpos feminizados en relación con cuestiones de raza, clase social, edad, geografía, orientación sexual, identidad de género.
Sabemos que la misoginia está en el inconsciente colectivo y tenemos que desarmarlo dentro de nosotras mismas. Por eso:
5• Rechazamos la trampa del supuesto “mal carácter”. Las instituciones y las figuras de poder quieren convencernos de que pedir lo justo, poner límites, pelear por la dignidad de tu trabajo, te vuelve una desubicada, “loca”, “histérica” o “problemática”, estigmatizaciones habituales para con las mujeres.
6• Cada vez que estemos por criticar, en voz alta o no, a otra mujer, detengámonos a analizar si no estamos ejerciendo un odio aprendido. La misoginia está en el inconsciente colectivo y tenemos que desarmarlo dentro de nosotras mismas. Ante la duda, comparemos: ¿qué pasaría si esto lo estuviera haciendo un hombre?
7• Cultivemos relaciones de trabajo respetuosas e igualitarias con los varones de nuestro medio sin dar lugar a los micromachismos, procuremos habituarnos a promocionar las carreras de nuestras compañeras mujeres, acompañarnos y alentarnos en nuestros proyectos grupales y personales.
Si una mujer nos ayuda a fortalecer nuestra confianza, tomémoslo, repliquémoslo y agradezcamoslo.
8• Evitemos que nos desautoricen desde conductas de superioridad paternalistas, invitemos a la revisión del lenguaje que utilizamos en el trabajo grupal. No dejemos que nuestros colegas varones nos expliquen o corrijan asumiendo que nuestros conocimientos o saberes sobre cualquier materia son escasos.
9• No nos intimida el volumen, la gravedad de la voz o la altura de nuestros interlocutores varones. Gritar más fuerte no equivale a tener razón.
10• No sintamos ni dejemos que nos hagan sentir pudor por los temas que nos interesan y nos involucran, la vergüenza es una de las estrategias patriarcales que acallan nuestra posibilidad de investigarlos.
11• Expresemos frontalmente, en cada oportunidad que se nos presente y a quienes las empleen, el uso de estas estrategias de poder y nuestro desacuerdo.
12• Lo personal es político. Contra el corporativismo machista, fomentemos la amistad, solidaridad y sororidad entre mujeres.
Participación femenina en el Complejo Teatral de Buenos Aires (2017)
• 20% son las obras cuya dirección estuvo solo en manos de mujeres. Todas en el Teatro Regio.
• 94% de la dramaturgia estuvo en pluma de varones. Solo un texto fue escrito por una mujer.
• 81% la única área donde las mujeres superan en cantidad a los varones es la de vestuario.
• 64% de las contrataciones fueron a varones. Solo el 36% a mujeres.
• Proponemos una LEY DE REPRESENTACIÓN que garantice la diversidad en el teatro oficial a través de una cuota programación y contrataciones artísticas; y con ella recuperar y poner en escena los relatos de las mujeres y géneros no binarios hoy relegados.
• En las instituciones oficiales existe una brecha laboral: se contrata casi un 30% menos a las mujeres.
• Necesitamos poner en escena las historias invisibilizadas y garantizar equidad de oportunidades discursivas, expresivas y laborales en la ciudad.
• El circuito oficial debe garantizar la representación de la diversidad que nos conforma y no reproducir androcentrismo.
En relación con la carrera artística y la creatividad
13• Busquemos crear tanto como podamos. Que no nos asuste la ambición. Crear más es una forma de trabajar por la igualdad de género.
14• Permanezcamos atentas al saqueo y ninguneo de nuestras propias ideas y prácticas artísticas cuando pasan desapercibidas en nuestras manos y cobran notoriedad en las de artistas a los que las instituciones clasifican como varones.
15• Cuestionemos con claridad el concepto establecido de “carrera artística”, pautado por la dedicación excluyente a la realización de la obra con fines comerciales. Como mujeres sabemos que la continuidad de nuestra obra está condicionada por la maternidad y las tareas de cuidado de los entornos familiares y afectivos que se nos imponen. Hagamos del suspenso y el retorno al hacer artístico un valor específico y relevante en nuestras prácticas.
Sobre el feminismo artístico y la historia del arte feminista
16• No evitemos identificarnos como “artistas feministas” cuando en nuestras prácticas confluyen arte, política y activismo feminista. Sintamos el orgullo de denominar o que denominen a nuestras obras como feministas cuando en ellas cuestionamos el sistema hetero-patriarcal dominante.
17• Revisemos y cuestionemos las imágenes estereotipadas de “la mujer” construidas por los discursos patriarcales. Construyamos nuestras propias categorías.
18• Investiguemos la obra de las artistas y de las investigadoras y teóricas mujeres, conectémonos con sus legados, revisemos el poder que en nosotras ejercen las genealogías patriarcales y valoricemos los saberes de las mujeres.
19• Revisemos nuestros propios sistemas de citas y de principios de autoridad para analizar críticamente la internalización del pensamiento patriarcal en nuestras prácticas. Exijamos la inclusión de bibliografía de autoras mujeres (tanto de historia como de teoría), generalmente ausentes en los programas académicos.
20• Nunca nombremos a las artistas mujeres como las mujeres de artistas varones, vinculándolas a genealogías masculinas. Dejar de decir: “la mujer de”.
21• Demos visibilidad a los sistemas de poder que menosprecian la obra de artistas mujeres y descartan su legitimidad cuando asocian a favores sexuales el reconocimiento de su trabajo.
22• Acudamos a los encuentros nacionales de mujeres de cada año, propongamos sesiones sobre arte y feminismo, llevemos la voz y comparemos lo que sucede en relación con otros ámbitos de la creación y el conocimiento.
23• Analicemos y aprendamos del carácter históricamente colectivo, participativo, colaborativo y solidario del feminismo y de su relación con otras expresiones culturales sojuzgadas, descalificadas u oprimidas.
24• Promovamos modos de percepción basados en un pensamiento inclusivo, en los afectos y la equidad, contrapuestos a la ética de la exclusión y el individualismo, valores patriarcales que dominan en la sociedad y en el mundo del arte.
Sobre el carácter inclusivo de esta propuesta
25• Comprendamos y hagamos comprender a nuestros colegas varones que no es necesario haber sido clasificada como mujer para suscribir este compromiso feminista en el mundo del arte. Los principios de equidad y de respeto pueden ser aplicados, predicados y respetados por todas.
26• Consideremos que el compromiso feminista parte de la experiencia y la conciencia generales acerca de la discriminación y de la opresión (de las mujeres y de otras sujetas sociales desjerarquizadas por razones de clase, de raza, identidad de género u orientación sexual): el feminismo es un momento dialéctico emancipador para todas.
27• No seamos cómplices de ninguna forma de violencia machista, desde la más visible hasta la más sutil y poco perceptible. Busquemos soluciones no punitivas pero efectivas: nosotras podemos protegernos y proteger nuestros espacios.
Estemos para nosotras.